Recoleta

La comuna de Recoleta es una de las áreas históricas y dinámicas de Santiago, con una evolución que refleja los cambios y avances en la ciudad. Su historia es un testimonio del desarrollo urbano y la transformación social que ha experimentado la ciudad a lo largo del tiempo.
La historia de Recoleta comienza en el siglo XVII con la llegada de los Recoletos, una orden religiosa que estableció un convento en la zona en 1622. Este convento se ubicaba en lo que hoy es la comuna de Recoleta y fue uno de los primeros asentamientos en la región fuera del núcleo original de Santiago. De ahí viene su nombre.
Durante el siglo XVII y XVIII, el área alrededor del convento de los Recoletos se fue desarrollando llegando los colonos y así el desarrollo de infraestructuras básicas, incluyendo algunas viviendas y terrenos agrícolas.
En 1840, el gobierno chileno decidió organizar y formalizar el territorio de Santiago mediante la creación de varias comunas. En este contexto, se estableció oficialmente la comuna de Recoleta. La comuna fue inicialmente una entidad rural con una estructura administrativa propia.
Durante el siglo XIX y principios del siglo XX, Recoleta comenzó a urbanizarse debido al crecimiento de Santiago. La llegada del ferrocarril y la construcción de avenidas principales, como la Avenida Recoleta, facilitaron la expansión de la comuna. Se desarrollaron nuevas áreas residenciales y comerciales, lo que contribuyó al crecimiento de la población.
A lo largo del siglo XX, Recoleta pasó de ser una zona semi-rural a una comuna urbana consolidada. Recoleta se convirtió en una comuna diversa, con una mezcla de zonas residenciales, comerciales e industriales. Su población creció y la comuna se caracterizó por una gran diversidad socioeconómica y cultural.